El teatro es una herramienta educativa con gran potencial, ya que refuerza habilidades cognitivas como la memoria, la concentración y el esfuerzo de los más pequeños de la casa. Asimismo, los acercamos un poco más a la cultura. Se trata de una opción sencilla para divertirnos en familia, con la facilidad de que se puede llevar a cabo con materiales que todos tenemos por casa.

En primer lugar, elegid un cuento, un relato o lo que más os guste, aunque nosotros os recomendamos algo de comedia. Si no os gusta nada escrito ¡dadle rienda suelta a la imaginación! La creatividad de los niños es infinita, por lo que sería también una gran idea crear una historia vosotros mismos.

Cuando ya tengamos el guión elegido, es hora de repartir los papeles. ¡No olvidéis que uno de vosotros tiene que ser el director!

Por último, buscad un disfraz y el escenario donde interpretaréis la obra. Con respecto al escenario, éste se puede delimitar utilizando una alfombra en el suelo, y utilizar unos flexos u otras lámparas como focos para los actores.

Cuando lo tengáis todo organizado, estableced un día para la representación, y no os olvidéis grabaros. ¡Será muy divertido volver a ver la obra otro día!

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